Vivir sin horarios, haciendo lo que amamos y pasando el tiempo en familia, la verdadera riqueza.

Vivir sin horarios, haciendo lo que amamos y pasando el tiempo en familia, la verdadera riqueza.

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste libre y conectado con la vida?

Algo tan sencillo como no tener horarios, poderte dormir tarde, levantarte a la hora que gustes, sabiendo que dedicarás el día a terminar esa obra de arte que dejaste pendiente, ese libro que te está esperando, ese viaje que has postergado por tantos años o esa salida que has tenido que posponer una y otra vez.

¿Cuándo fue la última vez que concebiste la vida sin horarios, responsabilidades laborales, sin el estrés de tu negocio, sin hacer todo eso que haces aunque no quieras?

Es una fortuna poder disfrutar la vida haciendo lo que amamos, a final de cuentas en no saldremos de esta vida con maletas ni equipaje y de nada sirve ser el más rico del panteón si nunca pudimos disfrutar y crear memorias con nuestros seres amados durante nuestras estancia aquí.

Podemos pasar 5, 10 o 30 años trabajando como máquinas por el gran sueño económico y nos bombardean tanto con el consumismo todos los días, que nosotros mismos nos ponemos la meta más lejos todos los días.

Nadie tiene asegurado el mañana, aprovecha el día de hoy, deja algo seguro y rentable para los que siguen después en tu linaje.

¿Cuánto vale tu libertad??

Lo entiendo, además de nuestras responsabilidades familiares, laborales y profesionales, aun aveces nosotros mismos nos exigimos tanto que se nos olvida descansar y disfrutar de las pequeñas cosas que la vida tiene para ofrecernos.

Yo también empecé como auto empleado, luego como dueño de una empresa y ahora tengo la fortuna de ser inversionista y vivir de mis inversiones.

También batallé mucho para encontrar buenas inversiones, para no caer en fraudes, no comprar los activos equivocados, no intentar adivinar la dirección de los mercados financieros y sobre todo, batallé mucho para aprender a diferencias las inversiones de la especulación sin sentido.

La inflación es en estos momentos tan alta, y los rendimientos del mercado tan bajos que el panorama se hace aún más difícil.

¿Y si la respuesta a todas nuestras preguntas financieras estuviera en vivir por debajo de nuestras posibilidades?


¿Cuándo fue la última vez que te dijiste a ti mismo "Mis inversiones me generan tanto, que si bien no podría vivir como Carlos Slim, podría darme una vida sin preocupaciones, sin horarios, sin ataduras, sin jefes y personas que no disfruto de compartir mi tiempo en una oficina?

¿Es posible vivir una vida más plena, tranquila y disfrutable mediante esta filosofía de vivir de los rendimientos de nuestras inversiones, aunque esto significara no estrenar un mercedes benz cada año, no gastar 10 mil dólares en unas vacaciones de una semana. O incluso algo tan sencillo como cuidar nuestros gastos hormiga y aprovechar todo lo que podamos para invertir?

En estos momentos después de haber luchado tanto por mis finanzas y de haber ahorrado tanto dinero e invertido, me puedo dar el lujo de sentarme a escribir libros, dirigir el fondo de inversiones de Prana México, sentarme con mi hija a discutir la inmortalidad del cangrejo.

Nada de esto hubiera sido posible si yo no hubiera tenido la meta de ser libre financieramente, tal vez no me compro un mercedes benz cada año, y tal vez no voy a ser el más rico del panteón, pero disfruto de una libertad y paz inigualable que mis amigos y conocidos que tienen 500 veces más capital que yo no disfrutan o disfrutan únicamente en su vejez.

¿Qué caso tiene llegara los 70 años a "retirarnos" cuando ya lo único que vamos a poder hacer es gastarnos el dinero en medicinas, doctores y cuidados especiales?

Cuando medité sobre ello fue que decidí que no iba a vivir mi vida martirizándome por dos cosas: Ni por ser el más rico del panteón, ni por matarme trabajando sin descanso dejando de lado todo lo importante y bello de la vida tan solo para hacer unos pesos que a final de cuentas la inflación y la devaluación de la moneda se iban a encargar de mermar

Es por eso que vivo tan agradecido por haber encontrado joven el tema de las inversiones y de haber encontrado el buen camino del buen vivir.

Los dividendos y ganancias de capital que me brindan mis inversiones me permiten vivir tranquilo, sin jefes, sin horarios, sin preocupaciones y sin deuda.

Nunca he tenido un crédito, no tengo tarjetas, no compro casas, autos ni ropa a crédito.

Hace algunos años cuando era mucho más joven en una crisis que tuve cuando me fui a la quiebra por malos manejos de mis finanzas personales, vivi uno de los periodos más enriquecedores e interesantes de mi vida.

Aunque literalmente algunas veces no tenía 5 pesos para comprar tortillas y en ocasiones sobrevivía de las comidas que mis amigos me invitaban, sentía una increíble conexión con la vida, la naturaleza y conmigo mismo.

Ahí nacieron todos estos pensamientos que me formarían posteriormente. Aunque soy un amante del capitalismo, de los negocios y del dinero en sí, no dejo de tomar en cuenta que lo importante es la libertad y el gozo de la vida en todo su esplendor y no el dinero en si mismo.

Espero que esta reflexión te sirva a ti igual que a mi y te invito a que des el paso siguiente hacia una vida más libre y más plena, invirtiendo para que tu dinero realmente se encargue de darte vida y no le tengas que dar toda tu vida al dinero.